jueves, 20 de marzo de 2014

The spirit of butterflies

Como parte del plan de formación de los colegios israelíes, a los 16 años se organiza un viaje a Polonia con el fin de que los alumnos conozcan en mayor profundidad lo que fue el holocausto....

Independientemente de las opiniones que pueda haber a favor y en contra respecto a si son demasiado pequeños para entender la dimensión de lo ocurrido, este año le tocó el 'viaje' al hijo de una gran amiga...

Durante los meses previos, se preparan múltiples actividades relacionadas con el tema. Se dan charlas, se hacen seminarios con los padres, los alumnos entrevistan a supervivientes, ven películas, leen y un largo etc....Aunque supongo que nada les prepara lo suficiente para enfrentarse a la realidad que les espera al visitar un guetto judío o un antiguo campo de concentración...sobre todo sabiendo que es muy probable que familiares de algunos de esos alumnos hayan experimentado los horrores en primera persona..Es por ello que, durante uno de los días de la visita, todos juntos conmemoran a aquellos familiares muertos en esa guerra....En alto leen el nombre de cada uno de los fallecidos...Espeluznante.

Como la experiencia en sí es tan dura, los profesores piden a los familiares que escriban una pequeña carta que sus hijos, nietos o sobrinos puedan leer al terminar esa semana, llenos de tristeza pero sobre todo de preguntas. Una carta que tiene como objetivo 'reconfortar', aunque supongo que es complicado para aquellos que perdieron a sus padres, tios, abuelos...en esa época. Son cartas que generalmente hablan de valores tan importantes como el respeto, la tolerancia, la justicia...Que lo que ha ocurrido en esa época tan oscura de la historia no caiga en el olvido...no desde el odio, sino para que no se vuelva a repetir.

Yo, aunque no soy judía, aunque mi familia por suerte no ha pasado el holocausto, también sentí la necesidad de escribirle una pequeña cartita con una pequeña historia que leí hace ya un tiempo y que me vino a la mente al enterarme de su viaje...

Era la historia que contaba una psiquiatra llamada Elizabeth Kubler-Ross y que tuvo la oportunidad de visitar varios de los campos de exterminio nada más finalizar la II GM...Cuenta que cuando visitó los barracones de los niños, donde encontró ropa, zapatos y otros enseres pertenecientes a los mismos, también descubrió algo que le sorprendió....Grabadas en los paredes con uñas había un gran número de mariposas dibujadas...cientos de ellas. Al verlas, no pudo evitar preguntarse sobre su significado.

25 años más tarde, después de haber escuchado a cientos de pacientes terminales a punto de morir, descubrió el significado de aquellos dibujos...Esos niños sabían que iban a morir. Sabían que pronto se convertirían en mariposas que abandonan el capullo, pronto abandonarían sus cuerpos para encontrarse en un lugar mejor... Una vez se convirtieran en esas mariposas, el infierno en el que vivían terminaría para ellos.

Esas mariposas que dibujaban era precisamente el mensaje que querían dejar a las futuras generaciones...Un mensaje de esperanza..Esas mariposas representan simplemente la inmortalidad del alma. 

Sí, ellos viven para siempre pero de un modo diferente...

- Mereció la pena el viaje? -
- Fue necesario. Hay muchas cosas que no se pueden entender desde aquí..-

2 comentarios:

  1. Bonito post. Casi no necesita comentarios...

    “Death is simply a shedding of the physical body like the butterfly shedding its cocoon. It is no different from taking off a suit of clothes one no longer needs. It is a transition to a higher state of consciousness where you continue to perceive, to understand, to laugh, and to be able to grow.”

    Elisabeth Kubler-Ross (Life Lessons, 2000)

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